Liderando desde tu Visión


Antes de empezar quiero darles las gracias por sus comentarios sobre el podcast y sobre los episodios anteriores. Sus mensajes en las redes, en mi teléfono me han permitido reconocerlas y sentirlas, lo que le da mucho sentido a conectarme aquí cada semana. Finalmente, el propósito de Mujer Consciente es crear una comunidad de mujeres que , como yo, están dispuestas a conversar, a reflexionar y aprender juntas sobre distintos temas que nos permitan vivir nuestro liderazgo de una manera más balanceada y en mayor coherencia con nosotras mismas.

En este tercer episodio quiero que conversemos sobre la importancia de crear una visión clara, ambiciosa y expansiva de nuestra vida, de tal manera que podamos ejercer un liderazgo realmente alineado con los resultados que queremos en nuestra vida, en el desarrollo de nuestra carrera profesional, con el crecimiento de nuestro equipo de trabajo y del negocio. 

La visión es la proyección a futuro, una meta de qué te gustaría llegar a ser o lograr en un tiempo definido. 

La primera vez que me planteé una visión propia de la vida fue cuando me encontré frente al dilema de qué carrera estudiar. Desde muy niña me gustó el trabajo social, con el colegio iba a distintas comunidades a apoyar y trabajar con niños y jóvenes de mi edad, fui voluntaria de la Cruz Roja por dos años y amaba la biología, así que siempre pensé que iba a estudiar medicina. Sin embargo, en décimo  grado en el colegio tomé como electivas clases de computadores, sii, en mi época en el colegio nos daban clases sobre como usar los computadores. Y la verdad es que amé esas clases, y mi profesor de física, a quien admiraba mucho, me decía que a mí me iba muy bien en cálculo y física, que debería de estudiar ingeniería, y como me gustaban tanto los computadores, pues ingeniería de sistemas. Cuando se llegó el momento de elegir una carrera, para mí la decisión no era fácil, no tenía criterios claros para tomar una decisión porque ambos temas me encantaban y aparentemente tenía aptitudes para cualquiera de las dos carreras.  El giro a esta situación me la dio el psicólogo que nos ayudaba en el colegio con la orientación profesional. Cuando le conté esta historia y la indecisión en la que estaba, él hizo conmigo un ejercicio que me cambió la vida. Me pidió que cerrara los ojos y me fue guiando hasta poder visualizar la vida que yo soñaba vivir, y me pidió que fuera describiéndole cómo era esa vida, si quería casarme con quien estaba casada, como vivíamos, que hacía los fines de semana, como me vestía, quienes eran mis amigos. Ese ejercicio me fue dando una idea muy clara de mi visión de mí misma, y en esa visión yo no pasaba noches y días enteros en un hospital, ni estaba casada con un médico, ni tenía que lidiar a diario con el dolor de las personas. Así que la decisión fue muy clara para  mí, y no quedó ninguna duda, iba a estudiar ingeniería de sistemas porque era la decisión más coherente con la vida que en ese momento quería vivir.

Al graduarme de la universidad volví a hacer el ejercicio de revisar mi visión personal. Tengo perfectamente claro el recuerdo de esa tarde, en ese momento vivía con mi familia en Cali, que es la ciudad en la que nací y crecí, estaba caminando por la calle y empecé a hacerme las preguntas que el psicólogo me había hecho 5 años atrás, y me vi en mi apartamento en Bogotá, viviendo sola, preparándome una ensalada y tomándome una copa de vino blanco, después de llegar de trabajar. Con esa imagen llegó la claridad de las decisiones que seguirían en los siguientes meses, así fue como decidí, a los 24 años, que me iba a vivir en Bogotá, que quería hacer mi especialización en la universidad de los Andes y que quería trabajar en IBM.

Muy joven entendí que una visión clara, ambiciosa y expansiva de nuestra vida, nos facilita tomar decisiones más acertadas, nos da la motivación necesaria para trabajar en nuestras metas y fortalecer la confianza en nosotras mismas.

6 años después de vivir en Bogotá, me casé y dejé de tener una visión personal de la vida que quería para tener una visión de pareja y de familia. Esa visión conversada, definida, clara, fue nuestro mapa de navegación y nos llevó a buscar oportunidades de trabajo fuera de Colombia, nos facilitó ir construyendo el patrimonio familiar, esa visión hizo más fácil asumir la decisión de dejar mi carrera profesional para ser mamá, me motivo a empezar a emprender y nos fue mostrando el camino de la educación que queríamos para Gabriel.

Pero la vida pasa y tus planes no siempre son los planes del universo, así que  después de 14 años de matrimonio nos divorciamos. Para mí el divorcio fue un proceso muy difícil, creo que más allá del duelo de todas las ilusiones y promesas que se rompen cuando las parejas deciden separarse, mi vida se quedó sin piso y entré en modo supervivencia. El primer pensamiento que tenía en las mañanas al despertarme era, de que voy a vivir. Sentía que los 44 años era muy difícil retomar mi carrera profesional en el mundo corporativo y aunque tenía a Expresario, un emprendimiento que amaba, no me sentía capaz de escalarlo para que fuera un negocio que me permitiera vivir tranquilamente.

Cuando la mente entra en modo supervivencia, se elevan en el cuerpo los niveles de cortisol, se dificulta dormir y llegar a un descanso reparador, hay una gran sensación de que nadie puede ayudarte, lo que te pone en modo reactivo. Pero creo que lo más difícil de estar en modo supervivencia es que perdemos la capacidad de proyectar el futuro con optimismo.

Al ir pasando los meses poco a poco fui ganando claridad, en ese momento creo que el deporte fue mi tabla salvavidas, no solo porque con el ejercicio el cuerpo libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo y la calidad del sueño, sino también porque tenía un grupo de personas increíbles, con las que me encontraba todos los fines de semana para montar bicicleta y correr. 

Después de 6 meses decidí buscar ayuda para entender cuáles eran mis opciones laborales e hice un proceso de outplacement con Lee Hecht Harrison, una compañía experta en temas de transición de carrera. Con este proceso entendí que no quería volver a emplearme, que quería emprender. Y con esa decisión fue llegando confianza y firmeza. En los siguientes  7 años estudié, aprendí y crecí un montón desarrollando mi negocio, trabajaba feliz, tenía una vida increíble con mi hijo, viajaba y hacía deporte. Pero de alguna manera me seguía sintiendo en modo supervivencia, viviendo en modo reactivo, es decir, fluía lo mejor que podía con las circunstancias de la vida, pero tenía la sensación de estar viviendo un año a la vez, sin la proyección de un futuro que me inspirara. Yo vivía mi vida, pero no la lideraba.

En el 2020, con toda la incomodidad, también llegó la pausa, y ese alto en el camino fue la oportunidad de meditar mucho, en el silencio pude darme cuenta de que necesitaba volver a construir una visión para mí. Esa visión me devolvió la ambición, la confianza de que todo es posible y de que podía trabajar mis sueños, me permitió soltar la historia para emprender una vida mucho más libre y coherente conmigo, con todo mi potencial. Mi vida cambió, volví a mí. En ese momento tomé la decisión de terminar la sociedad que tenía, cree una marca nueva, y me especialice aún más en temas de liderazgo consciente y con propósito. En los últimos 4 años los resultados del negocio se duplicaron, estoy viviendo una vida de pareja muy sana, en la que por supuesto hay una visión compartida, pero mantengo una visión de mí misma muy poderosa que me motiva a crecer, a crear, a aprender y a vivir con muchísimo más propósito.  Este pódcast y todo el proceso personal que estoy viviendo con este proyecto, hacen parte de esa visión.

Espero que mi historia te ayude a entender la importancia de tener una visión clara de ti misma y de la vida que quieres construir para ti. De manera que realmente puedas ejercer un liderazgo personal más coherente contigo.

Con el tiempo he ido evolucionando y perfeccionando la metodología que uso para trabajar mi visión y quiero compartirte, desde mi experiencia, los principales puntos a tener en cuenta para construir la tuya.

Lo primero que te recomiendo es que te agendes un par de horas para ti, trata de que sea un espacio tranquilo, cómodo, en el que no te interrumpan. Para mí los rituales son muy importantes, así que te resuena, prende una vela, un incienso, pon flores, prepárate un té delicioso, rodéate de los elementos que pueden hacer de este un momento muy especial y muy íntimo. Alista tu computador o papel y lápiz.

Antes de empezar a escribir, regálate un rato de silencio, si te sientes cómoda, medita  para acallar la mente y relajarte, o cierra los ojos y conéctate con tu respiración por unos minutos.  

Para mí la visualización es un ejercicio muy poderoso, así que cuando te sientas lista cierra los ojos e imagina tu vida en 3 o 5 años. Piensa en la edad que vas a tener en ese momento, en la edad que tendrán tus hijos si los tienes, deja que las imágenes vayan llegando a ti y fíjate en todos los detalles que traen esas imágenes, con quien estás, en donde vives, como estás tú, como está tu salud, cuál es tu trabajo, cuantas horas al día trabajas, como sientes que es tu vida familiar, tus hobbies, las relaciones que tienes con tu familia, con tus amigas, en donde pasas tus vacaciones. ¿Y mientras estás ahí, con los ojos cerrados, enfócate ahora en las emociones, que sientes, como se siente tu cuerpo viviendo esa vida,  estás sonriendo, te ilusiona e inspira esa vida que te imaginas?

Una vez  que terminas tu ejercicio de visualización, es hora de ponerte a escribir, deja que sea la escritura, fluya sin mucha mente y puedas ir recorriendo toda tu visión, y plasmando la mayor cantidad de detalles. Ahora no vas a enfocarte en el cómo vas a lograr las cosas, solo en lo que deseas para ti. Y obsérvate, date cuenta de si aparecen resistencias, de si hay cosas que no crees que sean posibles y  te sugiero que las escribas en otra hoja. Por ejemplo, mi visión es ser vicepresidente en la empresa en la que trabajo, pero la mente te dice que es muy difícil que nombre una mujer en ese cargo, o que no tienes todas las competencias para llegar ahí. Tú haz caso omiso de esas objeciones e igual escribe con detalle cómo te imaginas la vida en Italia, como te sientes estando allá. De nuevo si quieres déjalas en una hojita aparte.

Lee las veces que haga falta este documento y cada vez ve organizando mejor tus ideas. Revisa nuevamente si esta visión te hace vibrar. Las emociones son tu mejor brújula para saber si estás en el camino correcto, la visión debe ser reveladora de nuestro potencial, inspiradora, y motivante.

Para completar tu visión, te recomiendo que escribas como te imaginas que están los siguientes aspectos de tu vida en cinco años : cómo está tu salud, cómo es tu prosperidad (trabajo y en el aspecto económico), que tan armónicas son tus relaciones, cómo es tu capacidad de adaptarte y disfrutar y como está tu paz interior. Y luego escribe como está cada una de esos 5 aspectos en tu vida hoy. 

Estos cinco aspectos son indicadores muy importantes en una vida equilibrada y seguramente te van a ir mostrando por donde empezar a vivir esa visión.

Cuando tengas listo tu documento vas a volver a la lista de resistencias y te invito a convertirlas en preguntas poderosas. Por ejemplo, ¿cuáles competencias me hacen falta desarrollar para aspirar a la vicepresidencia? ¿Cómo construir credibilidad en la alta gerencia? ¿Quién puede ser un mentor que me acompañe en el proceso de llegar a ese cargo? Estas preguntas van a ayudarte a bajar las resistencias dándote una idea de cuáles son esas primeras acciones que te permitirán avanzar.

Dos preguntas que se me ocurre que pueden estar teniendo en este momento:

Una, como construir una visión compartida con su pareja. Mi recomendación es que cada uno tenga la visión personal, y la socialicen con el otro. En los puntos en común complementarán la visión del otro y en los que son propios de cada uno, tendrán la oportunidad de hacer acuerdos para que cada uno tenga la oportunidad de desarrollarse como pareja, pero también como individuo.

Y dos, si tu visión está muy enfocada en tu desarrollo profesional, cómo mantener un balance con tu vida personal. Es muy importante que te preguntes como encaja tu trabajo con los otros aspectos de tu vida y qué límites y prioridades debes establecer para poder mantener ese balance.

Para mí escribir la visión de la vida que quiero en los siguientes 5 años, con todo los detalles que mi imaginación me permite, sin escuchar las voces limitantes que a veces surgen en mi mente, sino confiando plenamente que todo es posible, es mi manera de alinearme con el universo y sentir que construyo a diario esa visión, acompañada y sostenida por la vida.

Espero que este episodio te inspire para animarte a construir una visión detallada, expansiva y ambiciosa de la vida que sueñas para ti y que esa visión te motive a desarrollar tu máximo potencial como líder de tu vida y en tu carrera, carrera profesional.

Gracias por compartir este espacio de reflexión, aprendizaje y crecimiento conmigo. Te invito a que te suscribas a la cuenta de Mujer Consciente en esta plataforma para que te llegue la notificación de cada vez que publicamos un nuevo episodio. 

Si tienes dudas, comentarios o reflexiones sobre este episodio, déjalos en mis redes sociales @claudiaveraliderazgo

Te espero aquí la próxima semana para hablar sobre un tema que me apasiona y es el liderazgo con propósito.

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